Es un lugar lleno de peculiaridades, aparte de su ubicación, otra de sus características es el modo de acceso. Ya que ninguna carretera llega hasta allí, si quieres cenar en La Glera, una máquina pisanieves (Ratrack) te recogerá en el aparcamiento de Anayet de la estación y subirás en su cabina hasta llegar a la cabaña.
Cuando llegues, después de un maravilloso paseo nocturno entre montañas nevadas, otra cosa que te llamará la atención será su capacidad, un máximo de 14 personas pueden cenar cada noche en este restaurante. Es una cabaña de madera, un lugar cálido y acogedor perfecto para acabar una buena jornada de esquí
En un entorno mágico podrás saborear estupendos platos entre los que destacan el chuletón a la brasa y el potaje montañés y para beber dispondrás de los champagnes franceses más exquisitos.
También durante el día puedes acercarte a disfrutar de La Glera, cálzate unos esquíes y sube arrastrado por la máquina Ratrack, después de la comida baja esquiando por la pista Pipos admirando las maravillosas vistas que te ofrece el Pirineo Aragonés.
Como ves, donde menos te lo esperas surge un lugar especial capaz de sorprenderte así que... déjate sorprender!